Cookies, banana bread, carrot cake, cheesecake, fondant au chocolat sans gluten... Avis aux gourmands, c'est chez SIP Coffee Bar qu'on se régale à l'heure du petit déjeuner ou du goûter ! Le midi, des assiettes salées sont proposées, avec des classiques de la maison à l'image du grilled cheese (avec du jambon Oteiza et du pain de chez Louis Lamour) ou des généreux pancakes au bacon ou à la fêta, et toujours un plat du moment. Régulièrement, le SIP Coffee Bar joue les prolongations avec des soirées à thème, des ateliers latte art...
Le saviez-vous ? Cet avis a été rédigé par nos auteurs professionnels.
Avis des membres sur SIP COFFEE BAR
Les notes et les avis ci-dessous reflètent les opinions subjectives des membres et non l'avis du Petit Futé.


The space is cozy, clean, and inviting — perfect for a relaxed coffee break. The atmosphere is calm and the interior is beautifully put together.
The staff were super kind and welcoming.
As for the coffee: not bad at all! Enjoyable and well presented.
Would happily come back again. ☕????


It's okay to make errors or have misunderstandings, but to give multiples stories when you clearly confused 2 orders, and failed to communicate which drink was which, blame customers, and demand more money instead of attempting to reach a compromise is simply poor service.
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Questions fréquentes :

Al entrar, bastaron unos segundos para notar las miradas inquisitivas del personal y de algunos presentes. En cuanto escucharon nuestro acento extranjero, el ambiente cambió de forma inmediata. No fue solo una sensación subjetiva: los gestos, las miradas y la frialdad con la que nos recibieron fueron más que evidentes. No hubo saludo, ni una sonrisa, ni la más mínima intención de hacernos sentir bienvenidos. Al contrario, se respiraba una hostilidad pasiva, pero palpable.
Nos quedamos unos instantes esperando, intentando interpretar si se trataba de un malentendido o de una mala mañana. Pero no. Era claro que no se nos quería allí. Nadie se acercó a atendernos y, tras intercambiar una mirada entre nosotros, entendimos que no merecía la pena quedarnos en un lugar donde el respeto más básico brillaba por su ausencia. Nos fuimos sin consumir nada, decepcionados y molestos por unas formas que, sinceramente, no deberían tener cabida en ningún establecimiento público.
Una cafetería no es solo un sitio donde se sirve café. Es también, o debería ser, un lugar de acogida, de pausa, de encuentro. Especialmente en ciudades que reciben visitantes de tantas partes, el trato humano debería ser una prioridad. La amabilidad no es un añadido, es la base del trabajo en hostelería. Una sonrisa, una palabra cordial, una actitud abierta… todo eso puede marcar la diferencia entre una buena experiencia y una que no se quiere repetir.
No pedíamos nada extraordinario, solo respeto y educación. Ojalá quienes regentan este local entiendan que cada cliente que entra por la puerta, sea local o extranjero, merece el mismo trato. La hospitalidad no se finge, se practica. Y en nuestro caso, estuvo completamente ausente.
No volveremos, y sinceramente, no lo recomendamos a nadie que valore el trato humano como parte esencial de una buena experiencia.